martes, 17 de marzo de 2015

Colégio Antônio Peixoto 2015-I

Práctica Docente I (Español)


Presentación

Mi nombre es Melissa Castaño Castro, soy estudiante de Licenciatura en Inglés-Español de la Universidad Pontificia Bolivariana de la ciudad de Medellín, Colombia. En este momento (año 2015) estoy en el noveno semestre de la carrera y me encuentro realizando mi práctica profesional que hace parte del curso Práctica Docente I que es en el área de español.
Esta práctica la estoy haciendo desde febrero en el colegio Antonio Peixoto que está ubicado en Florianópolis, Santa Catarina, Brasil. La práctica es supervisada por las coordinadoras del colegio Claudia Rosa y Milene Gesser, el profesor que está acompañando mi proceso y del cual yo soy auxiliar en sus clases de español es Julio Oscar quien es argentino pero se formó en Brasil y es en éste país donde vive ya hace tiempo.




Las clases que estoy acompañando son diversas. Los días miércoles de cada semana nos encontramos para dar clases a tres grupos: el primer grupo es de “Terceirão” como es conocido aquí en Brasil, sería lo mismo que conocemos en Colombia como undécimo, ellos se están preparando para las pruebas de estado para ingresar a la universidad y eligieron español como lengua extranjera. Por lo tanto las clases con ellos son un poco más exigentes y se trabajan temas y actividades que comúnmente aparecen en los exámenes.
El segundo grupo hace parte de una modalidad que tiene el colegio que se llama “Integral”, aquí los niños reciben sus clases normalmente durante la mañana y por la tarde reciben clases complementarias y entre ellas está español. Los niños tienen entre 7 y 9 años, ya saben leer y escribir. El tercer grupo también es integral pero los niños tienen 5 y 6 años, no todos saben leer y escribir por lo tanto aquí hay otra de las variables que se presentan durante mi práctica.



Esta diversidad de grupos me ayuda mucho a conocerme más como docente y a identificar realmente con que población quiero ejercer mi profesión y las diferencias que existen entre dar una clase de español para una edad específica y otra. Es una experiencia muy enriquecedora en todos los sentidos.







Reflexiones

4 y 11 de febrero

Las dos primeras semanas fueron sin duda llenas de emociones y de preguntas sin resolver. Ya el primer “obstáculo” lo tenía desde el principio: dar clases en un país que no es el mío y que ni siquiera hablan el mi lengua materna, el idioma que voy a enseñar. Ahí está la primera diferencia en mi práctica, pues yo estoy enseñando español para extranjeros y no para nativos. Son personas que no se han acercado al idioma o que saben algunas cosas, no tienen una competencia comunicativa muy avanzada.

En esas primeras clases todavía no estaba conformado el grupo del Terceirão, entonces trabajamos con los “pequeños” o los “chiquitos” como decimos el profesor Julio y yo. El primer grupo fue el de los niños más grandes, todos entraron gritando “espanhol, espanhol”, yo apenas sonreía y los miraba. Yo ya tuve la oportunidad de trabajar con niños de esa edad en Colombia y me encantó, dije que sería profesora de primaria, parecía que lo estaba confirmando en ese primer encuentro. Todos empezaron a sentarse, era muy lindo porque el salón destinado para español, nuestro salón, tiene pupitres para “niños grandes”, como para los de secundaria y ver a estos chiquitos sentarse ahí tan animados fue muy emocionante.

Mientras se organizaban en sus lugares y el profesor daba un grito de “buenas tardes” un niño se me acercó y me preguntó: “voce também fala espanhol?” Cuando le dije que sí su respuesta fue “wow” y comenzó a decirle a todos los compañeros que estaban a su alrededor que yo hablaba español. En ese momento se me acercó otro con cara de quien no cree y me dice: “aaah professora, mas é espanhol de verdade?” Ahí fue cuando me quedé pensando cuál sería el español de mentiras que este estudiante estaba pensando. A partir de ese momento comenzaron las preguntas, otro niño me preguntó si el profesor Julio había nacido de verdad en “Español”, aquí aprendemos geografía también.
Entre todo ese grupo de niño solamente uno entró haciendo mala cara y se sentó en la primera silla, al frente del escritorio de profesor en el cual yo estaba sentada y dijo una expresión que se traduciría como “ay, qué pereza, el español se ve muy aburrido”. En este instante en mi cabeza solamente pasaba que este niño tendría que enamorarse también de nuestras clases o, por lo menos, no entrar con desanimo las próximas semanas del resto del semestre. Para mi alegría cuando se terminó la clase el niño se levantó de la silla y dijo “me gustó mucho el español, no es aburrido como pensaba” y me abrazó. Solamente ese gesto hizo que mi primer día de práctica valiera la pena y que todos los días tenga muchas ganas de que sea miércoles por la tarde.




La clase con ese grupo en aquél día fue muy animada y los niños trabajaron bien. Hicimos con ellos una actividad en la que repasamos lo que habían aprendido el año anterior con el profesor Julio y les enseñamos la palabra “Cumpleaños”, para esto hicieron una actividad en la que tenían que preguntarle a los compañeros la fecha de nacimiento y llenaron una ficha. Fue muy exitoso este trabajo con ellos.

El grupo de los más pequeños llegó para terminar la jornada. Ellos no habían recibido antes clases de español pero estaban muy animados y repetían todo lo que le profesor hablaba, parecía que querían salir hablando español del salón. Con este grupo fue un poco más complicado en lo que tiene que ver con la disciplina. Solamente con ellos hay que trabajar más en el orden y la atención que en otros detalles del curso como tal.






El profesor Julio y yo nos dividimos el grupo y así podíamos mantener el grupo más o menos tranquilo. El ‘subgrupo’ que estaba conmigo parecía calmado hasta que una niña comenzó a llorar y como es común en esos casos los demás se quedaron asustados y empezar a desordenar la clase, me acerqué a ella y decía que quería a la mamá, solamente quería que yo me quedara con ella y si me iba a ayudar a otros niños comenzaba a llorar otra vez. Conversé un poco con ella y finalmente se calmó y comenzó a hacer la actividad mientras yo también podía hacerme cargo de los demás.

18 de febrero
No tuvimos sesión porque era fecha de carnaval en el país.

25 de febrero

Este día fue la primera clase de los estudiantes del último año del colegio. Ellos tienen la oportunidad de elegir si hacen la prueba en inglés o español, algunos eligieron inglés por lo tanto estamos con pocos estudiantes pero el reto que tenemos al frente es grande pues los resultados en estos exámenes no son buenos en general aquí en el país ni en el colegio y además son estudiantes que tienen poco contacto con el español. En este grupo tenemos la ventaja de que podemos hablar más en español y ellos pueden asociar o intentar comprender, caso contrario con los pequeños pues todavía ellos no relacionan mucho las palabras.




4 de marzo
El primer encuentro con los del grupo de Terceirão fue para hacer una introducción al español y contar generalidades sobre la lengua. En esta clase se enseñó el abecedario y comenzamos con una lista de vocabulario también en el cual ellos pudieron identificar algunos “falsos amigos” que son muy frecuentes entre el español y el portugués. Además de ver cómo hay diferencias en la forma de hablar de un país a otro aunque hablen el mismo idioma. El profesor Julio decía cómo era dicha una palabra en Argentina mientras que yo la enseñaba desde el contexto colombiano.

Con los otros grupos trabajamos el reconocimiento de los colores y también el abecedario pero de una forma que fuera más comprensible para ellos, especialmente para los que todavía no leen ni escriben. De nuevo se trabajó con fichas para colorear y llenar los espacios en blanco. Sigue siendo un reto controlar el comportamiento de los niños y hacer que se mantengan atentos en la clase, hay que tener estrategias diversas con ellos para que no se distraigan tanto. Un aspecto que se podría decir que es positivo es que la mayoría de veces que están fuera de sus asientos o hablando más de lo debido lo hacen comunicándose con sus compañeros sobre lo que están aprendiendo y ayudando a otros a hacer las actividades.





11 de marzo

Ya con los estudiantes mayores comienzan a ser más provechosas las clases porque se evidencia que han aprendido varias palabras y expresiones. Esta clase fue para ellos divertida porque en las lecturas que llevamos encontraron varias palabras similares con otras en portugués pero que sus significado es totalmente diferente. Todo el tiempo estamos recordando que deben tener cuidado con palabras así pues muchas veces hacen traducciones textuales o sobre lo que ellos piensan que es, solamente porque tiene un parecido con su lengua materna. Trabajamos con los meses del año y los días de la semana también.

Con los niños trabajamos un crucigrama que combinaba palabras según el número de letras que tuvieran. Fue una actividad muy interesante porque los mantuvo despiertos y pensando durante toda la clase para acertar en la palabra que se encajaba. Los estudiantes de 5 y 6 años trabajaron en un laberinto de letras del abecedario, debían encontrar el camino hasta llegar a la meta y colorear según las indicaciones dadas. El comportamiento mejoró y ya ellos comenzaron a comprender esa división que el profesor y yo hacemos y los de las dos primeras filas están constantemente buscando al profesor y las otras dos filas siempre están buscando mi ayuda. Ya se ve mejor conformado y organizado el grupo.





Fotos de las actividades realizadas por los niños en el mes de marzo









18 de marzo

Este día leímos con los estudiantes de la secundaria un texto que ya era más extenso que los anteriores. Se llama “una noche de fiesta” y al final les entregamos una actividad con 7 preguntas de selección múltiple que eran en general para trabajar la comprensión de lectura y repasar las palabras nuevas. Ya cada vez están haciendo más preguntas y se atreven a participar, a responder ellos mismos sin esperar al profesor y tienen mejores comprensiones cuando leen en voz alta.

25 de marzo

Durante esta sesión trabajamos con los estudiantes más grandes del periodo integral una actividad en la que debían organizar frases que se les entregaba con el orden alterado. En total hicieron 8 frases que comprendían alrededor de 6 palabras cada una. Por ejemplo “dormir que horas ocho siempre hoy”. Fue una actividad enriquecedora para el grupo pues ellos pudieron pensar la frase en español, también encontrarle el sentido en portugués y además aprender vocabulario; todo el tiempo estaban preguntando palabras y ellos mismos hacían asociaciones.
Los estudiantes de la secundaria aprendieron vocabulario sobre los objetos para poner la mesa y los que componen la cocina. Leímos con ellos un texto llamado “un delicioso desayuno”, les enseñamos los nombres de las 3 comidas principales del día y ellos mismos pasaron al portugués algunas palabras como taza, mantel, tenedor, servilleta, jamón. Después de esta actividad trabajamos con ellos los números cardinales y realizaron una actividad en la que debían escribir con letras los números que se les daba.

1 de abril

Comenzamos la jornada con los estudiantes de la secundaria. Ya no se mencionarán solamente como los del tercer año o undécimo pues ya tenemos otros estudiantes que son de los últimos años de la educación media y que también matricularon el curso de español. Tuve la oportunidad de enseñarles más acerca del verbo “soler”, yo dirigí el trabajo y los acompañé en la actividad que realizaron que era completar frases con el verbo que se les enseñó. En total realizamos 21 frases y al final de la clase dijeron que les había gustado mucho el ejercicio pues también aprendieron vocabulario nuevo y vieron más a fondo la estructura de una frase. Después retomamos el asunto que habíamos trabajado la clase pasada sobre las comidas, con un texto llamado “las cuatro comidas” y después de esto leímos un texto “ya están aquí…¡las rebajas!” en el que básicamente quisimos enseñarles vocabulario y cultura sobre los países que tiene esos descuentos grandes como España y Estados Unidos.

Con los estudiantes de primero y segundo de primaria trabajamos los números con una actividad en la que también combinamos matemáticas y pintura pues debían contar el número de bolitas que había dentro de los frascos, pintar los pares de rojo y los impares de amarillo. Al frente de cada frasco tenían el número y las letras para ver cómo se escribía.
Con los estudiantes del tercero y cuarto, también de primaria, trabajamos una actividad que fue divertida para ellos. 
Era una hoja grande en la que había una granja llena de objetos: grandes, pequeños, extraños, desconocidos, escondidos. La idea era que buscaran las cosas que estaban escritas en una columna al lado izquierdo, también se les pedía para buscar animales y personas que estaban allí. Fue una actividad en la que se distrajeron mucho pero con la misma clase y que no se dispersaron pues se concentraron en buscar todo lo que se les pedía.

8 de abril

Los estudiantes de los últimos dos años del colegio comenzaron a llegar, un poco atrasados, y cuando ya estaban dispuestos para la clase trabajamos en el repaso de lo aprendido en otras sesiones y la actividad de este día fue escuchar algunas canciones en español y completar la letra con las palabras que faltaban. Esto duro una parte de la clase y después se les hizo una actividad con artículos y contracciones.

Con los estudiantes de tercero y cuarto: con ellos retomamos la actividad anterior de buscar objetos en la granja, esta vez y con el fin de repasar vocabulario llevamos una actividad que también pretendía enseñarles cómo preguntar por la ubicación de un objeto. Entonces teníamos, por ejemplo, ¿dónde está el hacha? Y los niños debían responder según la ubicación del hacha en la granja con “al lado de, cerca de, arriba de, debajo de”. Este día también transcurrió más tranquilo y trabajaron mucho, especialmente aquellos que siempre quieren hacer desorden y dispersar el grupo.

Los niños de primero y segundo trabajaron con 6 letras del abecedario (M, T, P, R, F, L) la actividad consistía en identificar algunos objetos y aprender el nombre en español. La ficha con la que trabajamos este día era más o menos así: tenía la letra M para que la delinearan con colores y al frente tenía cinco dibujos (mico, moño, mano, bombillo y media) siempre en todas las letras aparecía un objeto que no correspondía. Debían escribir el nombre debajo del dibujo y colorear y así con todas las letras mencionadas anteriormente. Esta actividad fue más demorada pues ellos están más pequeños y todavía no escriben ni pintan muy rápido.

15 de abril

A partir de hoy y por un mes los estudiantes del tercer año no van a asistir a las clases pues están en exámenes y dedican el tiempo para estudiar y hacer las tareas.
Con los niños de tercero y cuarto trabajamos las partes de una casa. Les entregamos una ficha que tenía el dibujo de una casa grande con todas sus divisiones, objetos y una lista con los nombres que debían ubicar al lado de cada habitación. También tenía palabras como espejo, nevera, ventana, en fin, todos los objetos que debían reconocer en la casa. Fue un poco más difícil para nosotros (los profesores) porque era de recortar y pegar y esto hacía que se dispersaran un poco, que algunos botaran las fichas con los nombres y al final el salón quedó desordenado y nosotros muy agotados, todavía faltaba una clase con los más pequeños.

Con los estudiantes de primero y segundo seguimos trabajando los números y ahora la actividad se trataba de dos columnas: la primera tenía conjuntos de diferentes objetos en distintas cantidades. Como 5 cepillos de dientes, 1 lavamanos, 7 jabones. La otra columna tenía los números del 1 al 10. Debían unir las columnas según correspondiera con la cantidad de objetos. Los niños llegaron un poco inquietos y se dedicaron a la actividad terminándola muy rápido y muchos se dedicaron a pintar mejor los dibujos y a diseñarlos.

22 de abril

Con los estudiantes de tercero y cuarto seguimos trabajando la casa, como ya la mayoría había terminado de cortar y pegar hicimos una actividad de ubicación de las partes y los objetos. En este caso fue usando “al lado de, debajo de, arriba de, a la derecha de, a la izquierda de” se usaron los que ya conocían y otras expresiones que son también para ubicar. Buscaron en la imagen el teléfono, la nevera, la ventana, el sofá, el microondas, el reloj.
Los estudiantes de primero y segundo trabajaron con actividades que les ayudaron a conocer el nombre de algunos animales (foca, tigre, león, búho, puma) y a reconocer cómo se escribían separando silábicamente. La ficha de la actividad contenía dos lados: el primero tenía unas silabas y el segundo las que completaban la palabra. Abajo estaban los animales para colocarles el nombre correspondiente. Sirvió mucho pues hicimos repaso y se aprendieron los animales que les enseñamos.

29 de abril

El comportamiento de los estudiantes de tercero y cuarto no ha mejorado. Claro que no son todos los niños los que hacen desorden pero los pocos que dispersan el grupo hacen que los demás pierdan el foco y que todos quieran levantarse del puesto, cantar, interrumpir. Este día ya tuvimos que hablar con la coordinadora pues ellos presentan este problema en otras clases también y ya están afectando la buena relación que tienen entre ellos. Aún así llevamos preparada la clase aunque no fue desarrollada como esperábamos.

Trabajamos mucho vocabulario, hubo una satisfacción dentro de tantos inconvenientes pues cuando les preguntábamos por una palabra ellos sabían cuál era el significado en español y también traducían al portugués. Aunque para ellos pareció como un castigo, les pusimos a escribir una lista con objetos y después a armar frases con esas palabras. Se quejaron mucho porque el tablero “estaba lleno”, los que son más juiciosos también reclamaron mucho y no trabajaron con muchos ánimos.

Siempre me ha parecido que los más pequeños son más juiciosos. Aunque pierden rápidamente el interés cuando se les deja mucho tiempo con la misma actividad o el mismo tema pero ellos son obedientes, tranquilos, educados. Durante hoy les enseñamos los días de la semana, siempre que ellos llegan terminan de hacer lo que tienen pendiente de la clase pasada pero son muy pocos los que se atrasan. La actividad era pintar un tren y recortar los nombres de los días de la semana y pegarlos en orden en cada uno de los vagones.

Hoy había conflictos entre ellos, especialmente con algunas niñas por esas peleas que uno como adulto ve “tiernas” o no le parecen mayor cosa. Una niña estaba llorando porque una compañera le dijo a otra que no le prestara los marcadores. Yo me acerqué a ella, nunca había tenido tanto contacto con esta estudiante pues ella se mostraba siempre muy independiente y no pedía ayuda ni llamaba a los profesores, pero esta vez necesitó mi ayuda y me sentí muy feliz porque logré conversar con ella, darle consejos y comenzamos a trabajar: ella terminó muy rápido el tren aún sabiendo que empezó casi 20 minutos después de los demás.

6 de mayo

Hoy regresaron algunas estudiantes de la secundaria, nos contaron que habían tenido muchas pruebas y comenzamos retomando el asunto de artículos y contracciones. Pues hay diferencias entre los dos idiomas y podrían confundirse a la hora de escribir o responder una prueba de estado. Trabajamos en actividades de traducción de frases, de ubicación de artículos y de reconocimiento de contracciones pues en portugués existen muchas combinaciones para decir por ejemplo a la, en una, en uno, de la. 

Ellas comprendieron el tema pero de todas maneras tuvieron que consultar varias veces la lista que les dimos. Otro de los temas del día fue el de los heterogenéricos que causan varios conflictos entre las dos lenguas. Pues hay palabras que en español son femeninas pero en portugués son masculinas.las palabras terminadas en “aje” son masculinas en español y femeninas en portugués, mientras que las terminadas en “umbre” son femeninas en español y masculinas en portugués.

La clase con los niños de tercero y cuarto fue muy difícil. Terminamos muy agotados, tres niñas sintieron dolor de cabeza pues los estudiantes que interrumpen la clase hoy vinieron más inquietos, hicieron ruido, desorden, gritaban y no obedecían mucho. Cuando yo me acercaba a ellos se quedaban en silencio pero me alejaba y comenzaban de nuevo con el desorden. Hoy trabajamos en la medida de lo posible con ellos pero fue haciendo lo de la clase pasada y lo que a ellos no les gusta, parece que es la única forma de controlarlos un poco pues ven que el tablero se está llenando y que se van a atrasar para escribir. Lo bueno de la clase fue que el niño que más se quejaba de que no le gusta el español trabajó bien; pero al final dijo: ¿la próxima clase puede ser con ficha? Es más fácil que en el cuaderno. 









lunes, 15 de abril de 2013

Colégio supletivo Professora Neide Krüger, Joinville- Santa Catarina

La práctica que realicé en Brasil fue en un colegio de esos que aquí conocemos como "colegios para validar", ubicado en la ciudad de Joinville (estado de Santa Catarina)
El colegio está bien ubicado en la ciudad y me quedaba fácil desplazarme, no más de diez minutos a pie desde la casa. Está al frente del batallón de Joinville, además de tener supermercados, almacenes, peluquerías, panaderías y hasta un centro comercial muy cerca. Tenía todo cerca y muy buen servicio de transporte.




La descripción de la práctica la pongo a continuación con el fin de que conozcan un poco lo que tenía asignado por parte de las directivas de la instutición, también porque a través de las actividades realizadas se ve reflejado que en esta profesión como docentes nunca se siguen los planes al pie de la letra.

  1. El practicante trabajará en el proyecto educativo "Ciudadano global" en una escuela privada. Estará encargado de dirigir exposiciones y conferencias sobre medio ambiente, cultura, liderazgo, emprendimiento a estudiantes de más de 18 años. 
  2. Planear y organizar un evento para el final de práctica (Global Village) donde deberá preparar una presentación de su cultura, para que los estudiantes conozcan sobre su país y costumbres. 
  3. El practicante deberá asistir a reuniones en las que la institución requiera de su presencia para deliberar temas educativos y sobre el desempeño de los estudiantes.
  4. El practicante debe realizar actividades extra curriculares en el colegio, según sea requerido. Clases de matemáticas, idiomas, cultura, realizar salidas pedagógicas y otras actividades.

La práctica en el colegio empezó el día viernes 1 de Junio del año 2012

Primer día:

El primer día las personas responsables de mi práctica me llamaron para concretar la cita y visitar al director del colegio. Por parte de AIESEC, los practicantes siempre cuentan con una persona que es como su "madrina" o "padrino" en el otro país y que le puede ayudar en lo que necesite. Mi madrina se llama Manuella Maia y fue quien me recogió en la casa para enseñarme el camino y las diferentes formas de llegar hasta el lugar de trabajo.

Ese primer día fuimos caminando y así pude reconocer un poco el camino. Esperamos en la cafetería mientras nos atendían y aprovechábamos para practicar inglés. Pues ella no sabe español y yo en el momento no tenía ni idea del portugués. Después de esperar un rato, Manuella entró y habló con la secretaria y continuábamos esperando. Finalmente el director, Nilo, salió y nos recibió, entramos a un salón y ellos dos empezaron a conversar (no entendí nada de lo que hablaban) Manuella se encargaba de traducir lo que el director decía y a la vez conversaba con él sobre lo que yo pensaba y opinaba. 

En ese día no tuve mucha interacción con las personas del colegio pues los que estaban presentes no sabían hablar español ni inglés, pero me sentí muy bien recibida y me hacían muchas preguntas. Pudimos concretar con el director las actividades que se realizarían en los cuatro meses de práctica, y de la descripción presentada al inicio, cambiaron varias ideas ya que él estaba muy interesado en que se diera énfasis en los idiomas y no tanto en emprendimiento y cultura. 

Segundo día:

Ya iniciaba otra semana entonces era más fácil conocer la dinámica del colegio. Llegue media hora antes de lo requerido y me quedé hablando con la secretaria, o bueno, intentando hablar con ella. Me dijo que yo podría escoger durante las primeras semanas las clases que me interesaran para entrar como "invitada", pues así podría identificar cómo se trabaja en el colegio, además de conocer a los estudiantes y el comportamiento de ellos durante las clases.
Todavía no había hecho mi elección y entró un profesor a la sala (Jose Luis Cordeiro), empezamos a hablar y me contó que le gustaba mucho el español, que se sentía muy feliz porque iba a poder practicarlo y, además, me contó que en el colegio había una estudiante de Paraguay con la que podría hablar para que no me sintiera tan desubicada. Conversamos bastante tiempo y fue así como decidí entrar a la clase de él: geografía.

Entramos al salón y los estudiantes iban llegando, ya se les veía que tenían un tiempo juntos pues compartían y hablaban entre todos. En esa primera clase el profesor no les contó que yo iba a ser la profesora de lengua extranjera, me presentó como una estudiante de intercambio y toda la clase de hacían preguntas sobre Colombia. Fue muy interesante pues también aprendí cosas que no sabía y recordé otras que ya había olvidado. Trabajamos con un texto guía en el cual aparecía Colombia, entonces en ese momento ya todos lo reconocían mejor y se veían interesados con aprender más.

La clase se terminó y yo me sentía más como una compañera de clases que como la futura profesora de ellos, ya me trataban como otra del curso y además le contaban a los de otros salones que yo era una estudiante nueva que iba a hacer el año completo con ellos. 
Esa clase me sirvió para conocer a los estudiantes de ese grupo y pude identificar algunos comportamientos específicos de varios alumnos, así como la forma de dar la clase por parte del profesor.

Tercer día:

Otra vez me encontré con el profesor José Luis en la secretaría, iba a entrar a la clase de portugués pero la profesora no llegaba así que entré de nuevo a la clase del primer profesor, esa vez ya sería una clase de historia y con otro grupo.
Duró bastante tiempo la presentación y el espacio para hacerme preguntas, además el tema de la clase sirvió bastante para ellos salir de dudas, estaban estudiando toda la región de América del Sur y aprovecharon para solucionar algunas dudas.

Leyeron un poco durante la clase y me contaron sobre la historia de Brasil, todo el tiempo intentaban hablar en español, un español que terminaba siendo "portuñol" y que pocas veces llegaba al punto exacto. Ese día sí pude contarles que los iba a acompañar en las clases de lengua extranjera, así que fue una relación diferente pues desde el principio ya me trataban como una profesora y no como una estudiante, siendo yo menor que la mayoría de ellos.

Aquí fue cuando el profesor les enseñó a escribir correctamente mi nombre, especialmente el apellido, pues en el colegio es necesario escribir el nombre del profesor al realizar una actividad o un examen.




Cuarto día:

Conocí a la profesora Tania Braga, una profesora que podría llamarse de áreas integradas. Estaba a cargo de varias clases en el colegio y ya tiene tiempo trabajando allí. Conversamos para ponernos de acuerdo en lo que se realizaría en el salón y llegamos a un acuerdo para ella presentar el tema y yo ayudarle en lo que fuera posible, debido a mi desconocimiento del idioma. Estaba confundida pues no sabía qué reacción tendrían los estudiantes y si podrían aprovecharse de esa que era mi debilidad en el momento.

Afortunadamente estaban estudiando un tema del cual conozco bastante: musulmanes. Pude participar mucho y contarles historias, anécdotas entonces fue una dinámica muy diferente ya que las preguntas que se generaban eran al rededor del curso y no sobre lo que yo hago, lo que me gusta, etc. Les conté algunas de las costumbres que mis amigos musulmanes me han enseñado y les mostré fotos que tengo de dos países que practican esa religión.

Quinto día
Durante ese día se encontraban varios profesores en la secretaría, finalmente la mayoría llegó un poco antes de la clase. El director también estaba allí y me presentó a todos ellos. Había una profesora (Vera) que no parecía muy amable y casi no hablé con ella en ese tiempo, pero cuando los otros profesores se empezaron a ir se acercó a mí y me invitó a su clase de portugués. Me dijo que podía asistir a esa clase si quería, o podía elegir ir a la clase de inglés de su hija Claudia, que también es profesora en ese colegio.

Opté por la clase de inglés, pues así podría aprender más o menos cómo debía trabajar con los estudiantes, conocer los temas que les enseñaban y organizar mi tiempo según como estuviera repartida la clase. Conocí a Claudia, hablé con ella en inglés todo el tiempo, finalmente alguien me entendía. Es una profesora joven, inteligente y dispuesta a ayudar. Todo el tiempo me trataba como a una estudiante pero una estudiante que va a ser profesora, entonces me dio varios "tips", además de sitios web donde podía encontrar lecciones de lenguas extranjeras además de libros, cartillas y guías para realizar exámenes.

El grupo estuvo todo el tiempo muy atento a la clase y se vio reflejado en la prueba que la profesora les realizó. Se veían interesados por aprender inglés y se notaba que ya tenían un conocimiento previo, aunque todavía ninguno tenía la capacidad de comunicarse o de mantener una conversación.




Sexto día:

Volví a encontrar a la profesora Vera en la secretaría, ese día llegué mucho más temprano de lo normal. Ella me dijo que fuéramos a la sala de profesores para hablar sobre cómo estaba siendo mi experiencia y que además me iba a prestar un libro para que me guiara durante las clases que iba a dar.
Entramos a la sala y estaban otros profesores preparando café, nos invitaron a comer y conversamos casi una hora, fue muy enriquecedora la conversación pues aprendí mucho sobre el sistema educativo en Brasil y además escuché las opiniones que ellos tenían sobre él.

Vera me entregó el libro del que me había hablado anteriormente, era un libro sobre cómo enseñar español e inglés, tenía muchas ayudas y era bastante amplia su temática de manera que daban también alternativas para realizar actividades. Fue muy buena esa ayuda y me sirvió durante los días en que fui profesora. 

Séptimo día:

El profesor José Luis me había hablado sobre una profesora de inglés que iba algunos días durante la semana. Ese día la pude conocer, Naomi conversó bastante conmigo y ella quería mejorar su nivel de inglés, entonces nunca hablábamos en otro idioma. Me invitó a su clase, que ese día justamente no sería de inglés sino de portugués.
Era en el mismo salón del primer día, ya con esos estudiantes tenía cierta confianza e incluso cuando me veían fuera de clases se acercaban a mí.

Para esa clase la profesora tenía preparada una prueba, nos leyó un texto y luego individualmente se hizo el examen. Yo estaba incluida en el grupo de estudiantes a evaluar pues querían mirar cómo estaba en portugués. Comencé a solucionar cada una de las preguntas, el resto de la clase fue para repasar los temas mientras ella calificaba. ¡Qué sorpresa! saqué 10 en la prueba y Naomi estaba más feliz que yo. Le contó a todos los profesores y les mostraba mi prueba. La clase terminó pronto y conocí la forma de realizar pruebas de esta profesora. Fue una muy buena experiencia.



Octavo día:

Continuaba en proceso de adaptación a la escuela y a las personas que en ella estaban. Había tenido una buena relación con todos los profesores, de manera que ya la decisión sobre qué salón visitar era más personal. Ese día quise conocer el grupo más grande del colegio, era un salón de personas a punto de graduarse y eran más de 30 estudiantes, la mayoría ya eran también de más de 25 años.
Fue una experiencia que al principio me causó muchos nervios, pues yo ella la menor en el salón y les contarían que yo en cualquier momento les podía dar clases.

Era una clase de sociología, tenían ya programado un trabajo en equipo fuera del salón. Pero el profesor me presentó primero y les contó el motivo de mi visita. Rápido desaparecieron los nervios cuando yo veía que todos me acogían y además empezaron a invitarme para que viera el trabajo que realizaba cada equipo.
Salimos del salón, yo me dirigí a la biblioteca a buscar un libro de sociología, para leer un poco y conocer vocabulario, luego empecé a rotar por los equipos y ¡qué personas tan especiales! como en cualquier trabajo en equipo aquí en Colombia, el primer tiempo lo usaron hablando temas que nada tenían que ver, así pudimos conocernos mejor. Ya cuando vieron que iba siendo hora de descanso, trabajaron mucho y prepararon sus exposiciones.

Después del descanso siguieron trabajando en los equipos y yo me quedé leyendo el libro que había prestado en la biblioteca, mientras la señora de la cafetería conversaba conmigo acerca de la clase y de los alumnos de ese salón.



Noveno día:

Cuando empezaron a llegar los profesores, el director nos citó a una reunión en la secretaría. Allí nos contó que la profesora Naomi había tenido un accidente y no podría dar las clases del módulo que le correspondía, fue una noticia de esas que uno dice que "fue mala pero buena  a la vez". Mala porque estaba un poco mal de salud y porque, además, no había ningún profesor del colegio que pudiera dar las clases de lengua extranjera. Pero ahí viene la parte buena, estaba yo.

La verdad, en ese momento no sé si fue tan buena, porque era un reto aún más grande que ser una auxiliar de un profesor. Entre ellos se miraban, hablaban y a la única conclusión que pudieron llegar fue que yo debía ser el reemplazo de ella. Entonces el director me explicó muy bien lo que pasaba y lo que quería que hiciera. Me dijo que me pondría a prueba esa primera semana y según los comentarios de los estudiantes, podríamos continuar así hasta que finalizara el intercambio.

Acepté con mucho susto, con muchas preguntas, sin saber por dónde empezar. Recordé el libro que la profesora Vera me había prestado y comencé a leerlo desde la primera página, busqué los sitios de internet que la profesora Claudia me recomendó y me imaginaba cientos de cosas que podría hacer. Al finalizar esa jornada, el director nos volvió a reunir y comunicó que el pensaba que lo mejor sería que yo les diera clases de español y no de inglés, pues él buscaba hacer cambios en el colegio y el español no había sido el fuerte durante los últimos años. Todos parecían muy animados y a la expectativa, con los ojos puestos en mí.

A partir de esa decisión, mi horario ya cambiaría: Los lunes, martes y miércoles debía trabajar en la mañana como profesora principal y por la noche como auxiliar. Parecía doble trabajo y estaba realmente confundida. me encontraba frente a una situación tan real de la vida docente que sinceramente me emocioné demasiado.

Décimo día:

El primer día como profesora principal y ese día, sí, eran nervios de verdad antes de entrar al salón. Pero sabía que me tenía que calmar y demostrar seguridad frente al que sería MI GRUPO por muchos días.
Mientras yo sacaba las tizas y unas fotocopias, el director los estaba organizando a todos en el salón. Cuando yo llegué les habló de mí y les dijo: ella es profesora de lengua extranjera, les va a dar medio curso de español y medio de inglés (eso yo no lo sabía) pero ¡me gustó lo que habló! les dijo que yo les hablaría en español todo el tiempo, y la verdad es que tampoco estaba en la capacidad de darles una clase en portugués. Así empezaba mi primer día y me sentía bien recibida por parte de mis alumnos.

El director se fue a su oficina, intenté presentarme yo misma en un grandioso "portuñol". A veces ni sabía si las palabras que usaba existían en algún idioma en el mundo. Pero todos decían que sí entendían, como siempre. Les pedí también que se presentaran, así iba memorizando nombres. Les pregunté si sabían algo de español y varios tenían idea sobre el idioma, conocían palabras e identificaban algunas cosas por propagandas que han realizado en la televisión nacional.

No me habían informado, pero en ese salón estaba la estudiante de Paraguay, la que mencioné anteriormente. Le iba a enseñar español a alguien que ya lo hablaba. ¿Cómo podría tomar esa situación? ¿se iba a convertir en un obstáculo? o por el contrario ¿sería una buena ayuda?
Conversé un poco con ella y todos eran encantados escuchando, aunque no entendieran. Ese primer tiempo se fue rápido en conocernos. Salimos al descanso y veía como todos los profesores se acercaban a ellos a preguntarles cómo había sido mi clase. No supe qué respondían pero se veían caras sonrientes.

Después del descanso, comencé a enseñarles el abecedario, para que pudieran identificar el sonido de cada letra y combinaciones como "CH", "GUE", "GÜE". Todos tomaron nota y participaron mucho. También les enseñé los números, los colores, los meses y los días de la semana. Yo estaba llena de tiza y muy feliz, no quería que se acabara el día. 

Regresé a casa y preparé la presentación para la noche. Ya esa semana era de mucha participación mía y ya no era una estudiante.
Llegué a la jornada nocturna y trabajé con un grupo de 7°-8° grado. Les llevé copias con trabalenguas, las leí yo primero y luego ellos también las repitieron. Fue muy divertido y el profesor principal también participó. Luego de los trabalenguas, ellos me pidieron que les enseñara cosas "básicas" en español. Les enseñé también el abecedario, porque si no conocen de manera correcta cada letra, lo van a pronunciar como lo hacen en portugués. Entonces por eso pienso que es el primer paso. También aprendieron saludos, preguntas de ubicación, la hora y palabras del lenguaje informal.


Décimo-primer día:

Durante la mañana volví al mismo grupo (ese ya sería mi grupo hasta agosto) el día anterior había faltado una estudiante, pero no me imaginaba que iba a ser la causa del día más extraño que viví, si así se puede llamar, porque no me pareció malo en ningún momento.
La chica llegó muy temprano, yo estaba escribiendo la actividad en el tablero, entró un poco constipada al salón, se sentó en la parte de atrás y conversó con uno de sus compañeros. Me preguntó si yo solamente iba a enseñar lengua extranjera, le conté que por ahora iba a ser sólo español, pero que más adelante podría ser inglés también. Todo se quedó así.

El salón ya estaba lleno entonces saludé a los estudiantes y en ese mismo momento, la chica mencionada al inicio, salió del salón. Todos, absolutamente todos, la miraron pero nadie dijo nada. Me imaginé que iba al baño o que se sentía indispuesta y  no podía dejar a todo un salón esperando por mi clase. Me tranquilicé cuando vi que se sentó en la secretaría.
Les enseñé los pronombres y les puse ejercicios sobre ellos. Fue un poco difícil la explicación del tema porque ellos querían traducir textualmente desde el portugués, pero finalmente parecía que entendían. La estudiante de Paraguay intentaba explicarles también.

A la hora del descanso todos los profesores estaban reunidos en la sala y muy preocupados. Se disculparon conmigo por lo que había ocurrido con la niña que se salió del salón. Conversé con ella y me contó que no quería aprender ningún idioma, que no le gustaba esa clase y que ella no iba a entender lo que yo explicara, pero aún así entró al salón después del descanso y tomó nota del tema explicado. Les hice un examen corto sobre los pronombres, cada uno debía subrayar el pronombre adecuado en las oraciones. Me dio tiempo de calificar y a todos les fue muy bien, incluyendo a la estudiante que me había causado un ataque de pánico y cuestionamiento sobre mi carrera. 

En la noche la clase fue sobre las regiones de Colombia, llevé videos, fotos, canciones y todos estuvieron muy participativos. El profesor de geografía me ayudó mucho en esa parte. Cambiaron la perspectiva que tenían del país y, claro, no faltaron las preguntas típicas de alguien de otro país a un colombiano. ¡Hasta me preguntaron si nosotros teníamos computadores y televisores!
Me alegra haberles aclarado esa duda. 

Décimo-segundo día:

La verdad, llegué al colegio predispuesta a que la estudiante del día anterior no asistiera a la clase. Pero menos mal mi pensamiento fue errado y llegó primero que todos y me preguntó sobre lo que se había realizado la clase pasada, además de otras preguntas que tenía sobre el español. Estuvo en una tónica completamente diferente y se sentó en la primera fila.
Les entregué los exámenes y los revisamos entre todos, cada uno hacía aportes. Como lo dije anteriormente, a todos les fue muy bien, pero entre las notas buenas la que era más bajita era precisamente de la estudiante de Paraguay. Seguía sorprendiéndome en el colegio.

La dinámica era enseñar un tema, hacer ejercicios, resolver preguntas y después del descanso hacer una prueba. Todos los días debía ser así.
El tema para esa sesión fue "presente". Les expliqué la teoría, pues ellos siempre tomaban nota de ella, luego les puse ejercicios y ésta vez no fue tan complicado y no se confundieron tanto por pensar en portugués. Tuvimos tiempo de sobra para practicar más. Tuve que inventarme oraciones y hasta un juego para que no se aburrieran mientras llegaba el descanso.

Después del descanso, se hizo la prueba y yo me alegraba cada vez más por ver la planilla llena de notas buenas. A medida que terminaban el examen se iban para la casa y yo me quedaba calificando. Cuando todos terminaron, el director me dijo que no tenía que volver en la noche. Así que ese día había terminado.





jueves, 27 de diciembre de 2012

São Paulo

Ya llegaba con el pre-concepto de que era una ciudad más grande y más peligrosa que Medellín, que no podía salir sola, que no podía sacar el celular, que no podía sacar la billetera, que no podía y que no podía. Hasta la bendición me daban cuando decía que allí me quería quedar un tiempo mientras empezaba mi intercambio. Días antes del viaje empecé a mirar mis contactos de skype y facebook y recordé que tenía un amigo de esa ciudad, que justamente era taxista y que no creía que fuera yo a ir a visitar su país. Se ofreció muy amablemente a recogerme en el aeropuerto y llevarme hasta el lugar donde me iba a quedar.

Primer riesgo: no tenía ni idea de quién era, habríamos hablado, si mucho, cuatro veces en la vida; no sabía nada sobre su familia pero aún así acepté que me recogiera. El vuelo llegaba a las 2am y no creo que otra persona fuera a ofrecerse para ir a buscarme (el aeropuerto queda lejos de la ciudad). El segundo riesgo que tomé fue con el hospedaje. Por esos días conocí el sitio web www.couchsurfing.org por medio de mi amiga Sandra Castaño. Empecé a mirar cómo funcionaba y de repente me llegó una invitación para quedarme en la casa de un hombre, Paulo. Él decía que aunque yo fuera nueva en el sitio, el quería conocer a alguien de mi cultura y pues que su casa estaba disponible. Acepté también! Claro, en mi familia nadie sabía de eso, ni se lo imaginaban. No quería preocupar a ninguno sin haberme ido aún.

Esa madrugada cuando llegó el vuelo, fui a recoger mis maletas y ahí, en frente de la puerta estaba Thiago. Acepto que varias veces pensé que no iría a aparecer y que tendría que tomar un taxi pero no, él cumplió con lo que había dicho. Menos mal hablaba inglés y pudimos comunicarnos con facilidad. Llamamos a Paulo, que me recibiría en su casa y entre dormido nos explicó por donde quedaba su casa. Todo el camino conversamos, escuchamos música turca y compartimos algunos gustos en común sobre esa cultura. Tengo demasiado que agradecerle a él. Fue la primera persona que conocí en Brasil y uno de los que no dudo ni un segundo para ayudarme en lo que quería.

Llegamos al edificio donde vive Paulo y las llaves de su casa estaban en la portería, subimos y estaba bastante dormido. Thiago se fue para su casa y quedaba ya en manos de ésta persona que me había hecho la invitación por una página de internet. Estaba él ya hacía tanto rato dormido que me saludó rápidamente, me mostró la habitación donde me iba a quedar, me prestó el computador para escribir a mi familia y se entró a su cuarto inmediatamente. Fue bastante extraño y me puso nerviosa. Se suponía que al amanecer el me despertaría para llevarme a un parque pero cuando me desperté ya se había ido. Me dejó una nota bajo la puerta explicándome que, con su novia, intentaron levantarme pero al final decidieron dejarme durmiendo y luego me llevarían a conocer.

También en la nota me explicaban cómo llegar al café más cercano, al metro y además me pedían el favor de que alimentara a su cachorro de unos poquitos meses de nacido. Como si a mi me gustaran las mascotas! Ahí estaba yo, sin saber cómo cuidar a un perrito pero ya encantada con él. Decidí entonces salir para conocer un poco pues no tenía activada la sim card del celular y no tenía la clave del wi-fi para contactar a alguien. Salí de la casa y le pregunté al portero sobre el camino que debía tomar, pues no había entendido muy bien las indicaciones en la nota de Paulo. El señor no entendía lo que yo quería y yo tampoco le entendía a él, así que me regaló un minuto para llamar y cuando contestaron se le acabó el saldo. Estábamos sin saber qué hacer.

En ese momento salía un señor del edificio y el portero le explicó lo que pasaba, así que el vecino se ofreció a llevarme hasta la estación y de nuevo: acepté!
Él sólo me hablaba por señas, me decía que lo siguiera. En el camino hacia el metro intentamos comunicarnos y me ayudó a activar mi celular, además de que me dejó dentro del metro y me regaló un mapa en el cual me señalaba las estaciones que podrían servirme. Di un corto paseo en el metro, no quería que se oscureciera y luego no supiera cómo regresar a la casa. Saliendo de la estación ya no reconocía el camino, así que le pregunté a una señora y ella iba por ese mismo lado además de que tenía un esposo español y pudo entenderme súper fácil.

Cuando llegué a la casa ya estaba Paulo con su novia, Heloisa. Me dieron la bienvenida, se disculparon por no haberme podido esperar la noche anterior, me llevaron a conocer varios lugares y a comer en un buffet de sopas. Si el tráfico me desespera en Medellín, allí me enloquecía. Podía durar 3 horas en un trayecto muy corto y los carros ni se movían, lo mejor definitivamente era usar el metro.
Los nervios ya habían desaparecido y me sentía como en mi casa, la habitación era muy cómoda y tenía todo lo que yo necesitaba. Esa noche terminó rápido y ya llegaba un nuevo día, con otra nota de mi anfitrión y muchas cosas por vivir.

Pude comunicarme con mas personas que también había conocido en aquél sitio web pero que habíamos acordado para salir a conocer. Durante en día salí con Jader, viajamos en metro y visitamos muchos lugares. Él me llevó a conocer varios de los mejores lugares que tiene esa ciudad.
Estuvimos en el barrio liberdade, que es japonés y te sientes como si estuvieras entrando a un país diferente. Todas las personas con "ojos rasgados", las lámparas, las calles, los almacenes, los restaurantes, todo es demasiado oriental allí. Lo primero que probé fue "melona", una paleta con sabor a frutas, deliciosa. Luego fuimos a visitar museos donde conversamos con japonesas que nos contaban sus historias, bueno, en realidad conversaba más Jader que yo :D él era mi traductor oficial.

Después fuimos a almorzar a un restaurante vegetariano, una carta bastante "exquisita". Jader me explicó todos y cada uno de los platos, nos reíamos mucho pues había cosas a las cuales yo no les encontraba relación. Por ejemplo, un jugo de aguacate. Terminamos el almuerzo y seguimos recorriendo San Pablo. Vimos plazas, parques, calles y finalmente llegamos a un edificio alto desde donde podríamos divisar gran parte de la metrópoli. Fue encantadora esa parte del paseo, el guía del edificio fue muy amable y nos permitió quedarnos bastante tiempo allá arriba, yo asombrada y muy contenta.

Ya terminando la tarde nos fuimos para la Av. Paulista, donde me encontraría con Milena, otra colombiana que estaba allí. Con ella probé lo mejor y lo peor de Brasil: trufas rellenas y jugo de açai. Conversamos y también conocimos algunos lugares por esa avenida. Thiago, el que me había recogido en el aeropuerto, fue a buscarnos y dejamos a Milena en su casa. Esa noche conocí a la familia de él, una familia muy bonita y acogedora. Su mamá y su hermana fueron muy amables y me atendieron súper bien.
Vivía a 45 minutos de la casa de Paulo pero me dejó de nuevo allá. No podía creer que pudiera portarse tan bien conmigo si apenas nos habíamos visto. Pero así era.

Al día siguiente seguía conociendo la ciudad, durante el día. En la noche, Farley fue a buscarme a la casa y fuimos juntos a comer. Es una persona demasiado agradable para conversar, tiene mucho por contar y además quería conocer sobre mi ciudad. Aparte de eso, estaba estudiando español, entonces aprovechó y practicó conmigo. Por primera vez me comía un "lanche" en Brasil, fue delicioso.
Después nos fuimos a caminar hasta llegar a la casa de su padre, también muy amable. Finalmente nos fuimos para un bar donde tomamos cerveza de trigo y seguimos conversando. Aunque ya era la madrugada, me llevó cerca de algunos lugares que yo no había conocido y prometió llevarme cuando regrese a su país. (Una de las promesas que me traje del Brasil)

Ya se agotaba mi tiempo en San Pablo pero todavía tenía tres meses adelante con miles de historias. Temprano al día siguiente, Paulo y Heloisa me llevaron a la terminal de transportes donde ya tomaría mi camino hacia el estado de Santa Catarina.

Pasé días increíbles en ésta capital.

Aquí quiero mencionar, como forma de agradecimiento, a todas esas personas que me ayudaron en esa ciudad. Los que me hospedaron, los que salieron conmigo, los que me dieron indicaciones... en fin, para todos los que permitieron que mi estadía durante la primera semana fuera un adelanto para saber todas las aventuras que viviría. Por demostrarme que las personas buenas abundan en el mundo y que la amistad traspasa cualquier frontera e incluso cualquier idioma. 
Thiago y su familia, Paulo Saporito y su novia Heloisa, Jader Arruda, Farley Pablo e incluso una colombiana: Milena Restrepo. Al portero del edificio, al vecino que me llevó hasta el metro, a la señora que me encontré en el camino hacía la casa, a los japoneses del barrio liberdade, a las meseras del café cerca de la casa, a las guías del metro... São Paulo, una ciudad con tanto calor humano como su tamaño.